Soneto
No logrando obtener ningún reposo,
¿cómo puedo volver a la alegría?
Por la noche no cesa el diario acoso,
día tras noche va, noche tras día.
Y aunque luz y tinieblas son contrarias,
entran, para mi daño, en convivencia:
Una para pedir labores diarias,
la otra por la queja de tu ausencia.
Al día le dije que tú lo ayudarías,
cuando él se nubla, a iluminar el cielo;
a la noche le dije que podrías alumbrarle
su negro terciopelo.
Pero el día prolonga mis dolores
y la noche mis fuertes sinsabores.
¿cómo puedo volver a la alegría?
Por la noche no cesa el diario acoso,
día tras noche va, noche tras día.
Y aunque luz y tinieblas son contrarias,
entran, para mi daño, en convivencia:
Una para pedir labores diarias,
la otra por la queja de tu ausencia.
Al día le dije que tú lo ayudarías,
cuando él se nubla, a iluminar el cielo;
a la noche le dije que podrías alumbrarle
su negro terciopelo.
Pero el día prolonga mis dolores
y la noche mis fuertes sinsabores.
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